El gremio docente Ademys comenzó este miércoles un paro de 72 horas en la CABA, en coincidencia con el inicio del ciclo lectivo en el distrito porteño, al considerar que "no están dadas las condiciones sanitarias ni educativas para el regreso presencial a las aulas”. En tanto, los docentes nucleados en la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) convocaron una jornada de "organización y lucha" en rechazo al protocolo presentado por el Gobierno de la Ciudad, al que consideraron "insuficiente".

La Asociación de Profesionales del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la CABA y la Lista 3 que dirige la filial del nosocomio repudiaron hoy "la represión de la policía de la Ciudad y del GCBA" contra trabajadores que están acampando frente al Ministerio de Salud en apoyo a sus demandas.

Con el hashtag #YoMeQuieroVacunarEnLaCiudad, veinte sindicatos y agrupaciones sindicales firmaron un comunicado conjunto para solicitarle al Gobierno de la Ciudad encabezado, por Horacio Rodríguez Larreta, que promueva e incentive la vacunación de los trabajadores esenciales.

El pasado lunes 25 de enero, una trabajadora que laboraba para YPF Serviclub en forma tercerizada a través del call center ACC Group, falleció por COVID. Esto ocurrió tras haber sido expuesta al contagio al obligarla a realizar tareas presenciales, que durante la pandemia prestara mediante teletrabajo.

Después del anuncio respecto a la vuelta de las clases presenciales del Gobierno porteño, los dirigentes de Ute-Ctera adelantaron que no irán a trabajar el 17 de febrero, el día de inicio del ciclo lectivo.

El Secretario Adjunto de Ademys, Jorge Adaro, se refirió al anuncio de la Ciudad sobre el retorno a las clases presenciales y señaló que, “da la sensación de que los tipos dicen insistamos que los vamos a convencer de que esto es posible. Quieren empezar el 17 de febrero relativizando de manera irresponsable el avance de la Pandemia en el país en general y en la Ciudad en concreto”.

La iniciativa busca fortalecer las competencias personales de sectores de la población en situación de vulnerabilidad laboral y/o social, ofreciendo capacitaciones en ambientes de trabajo con el objetivo de mejorar las condiciones de empleabilidad.

Delegados y trabajadores de COTO enviaron una carta al Vaticano pidiendo la bendición del Santo Padre Francisco y su intervención ante quien crea necesario para poner fin al sufrimiento de los trabajadores desesperados a manos de la familia Coto y Ramón Muerza, este último como brazo ejecutor y garante de las aberraciones y abusos cotidianos que ponen en juego la vida de más de 20 mil trabajadores y sus familias.