Un informe del Centro de Economía Política Argentina cuantificó la destrucción de empleo privado registrado continúa en el país. El analista Juan Manuel Gispert explicó que, “desde diciembre de 2023 se perdieron más de 115.000 puestos, con mayor impacto en la industria y la construcción”.

En contraste, algunas provincias como Chubut muestran datos positivos impulsados por el sector energético. “La situación del empleo privado en Argentina es dramática”, advirtió Gispert, analista económico e investigador del CEPA, al detallar los resultados de un nuevo informe que evalúa la evolución del empleo registrado en el país. En "Jornada Radio", alertó que, “la caída del empleo no se detiene” y que la destrucción acumulada desde la llegada de Javier Milei al gobierno alcanza los 115 mil puestos de trabajo.

El informe se elabora mensualmente en base a los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y analiza la evolución desde 2012. “Lo que se ve es un estancamiento estructural. Si lo tomás de punta a punta, casi no se han generado nuevos puestos de trabajo privados registrados en la última década”, explicó.

Gispert afirmó que la política de ajuste del Gobierno nacional tuvo un efecto directo en el mercado laboral. “La devaluación, el impacto inflacionario, y el recorte fiscal, se sienten en el empleo. Además de lo que se ve en el empleo público, también cayó el privado”, detalló.

Los sectores más golpeados son el industrial y la construcción, con 4 y 3 mil puestos menos respectivamente. “Son sectores que pagan por encima de la media salarial por lo tanto la pérdida es doble: se destruyen empleos y también se deteriora el ingreso promedio del trabajo que queda”, remarcó.

Gispert también cuestionó la falta de homologación de paritarias por parte del Gobierno. “En particular, la paritaria de Comercio -que representa casi el 20% de los asalariados- no fue homologada, y el Gobierno puso un techo del 1% a los acuerdos. Con una inflación mensual del 1,5% en el mejor mes del año, el poder adquisitivo sigue cayendo”, explicó.

También se refirió a los recientes datos de pobreza infantil difundidos por la UCA, que señalaron una baja. “Eso tiene que ver con la forma en que se mide la pobreza en Argentina, que es una metodología cuantitativa: se mide el ingreso respecto del costo de la canasta básica. En contextos de baja inflación como el actual, eso tiende a mostrar una caída de la pobreza, pero es un efecto estadístico, no real. De hecho, los ingresos siguen cayendo, por lo tanto la pobreza estructural está subiendo”, aclaró.

Respecto al desempeño por provincias, señaló que algunas muestran un comportamiento mejor por su perfil productivo. “En Mendoza, por ejemplo, se crearon 3.000 nuevos puestos en el mismo período en que la Argentina perdió 115.000. En el caso de Chubut, el empleo privado registrado creció en 1.178 puestos entre noviembre de 2023 y marzo de 2025”, indicó.

Aunque reconoció que no dispone del desglose sectorial de Chubut, consideró probable que los rubros hidrocarburífero y minero expliquen ese crecimiento. “Son sectores con buen rendimiento y que están siendo apuntalados por el gobierno nacional. El problema es que esos sectores representan solo el 5% del empleo en el país, mientras que la industria representa el 20%. Si el gobierno impulsa sectores que emplean poco y deja caer a los que emplean mucho, no hay posibilidad de revertir el daño”, advirtió.

Gispert apuntó que “el desarrollo que se genera es absolutamente desigual”, con algunas provincias que se sostienen gracias a recursos naturales y otras que sufren una caída masiva de empleo. “Es una economía con pocas islas de crecimiento en un océano de destrucción”, concluyó.

Fuente: diariojornada.com.ar